La sostenibilidad empieza por el compromiso. Está impulsada por el verdadero compromiso y la perseverancia, la determinación de avanzar siempre y no volver atrás. Significa pasar a la acción, no sólo intentarlo, y afrontar los retos de frente.
Las personas comprometidas construyen empresas que tienen un propósito. Construyen comunidades fuertes y crean crecimiento sostenible. Siguen siendo valientes ante la incertidumbre, sin vacilar nunca.