A medida que salimos de la situación surrealista iniciada en 2020 y nos preguntamos si estamos ya en la nueva normalidad y, si no es así, cómo será esta nueva normalidad, nos damos cuenta de que debemos replantearnos prácticamente todo. La pandemia de COVID-19 puso de rodillas a las sociedades y las economías, dejando al descubierto los principales fallos y fragilidades de los sistemas actuales. Las cadenas de suministro mundiales no son una excepción. De hecho, en lo que se refiere a la resiliencia, suponen un gran riesgo. Sin embargo, al mismo tiempo, las cadenas de suministro pueden ser la mayor fuente de oportunidades para ayudar a las empresas a mantener el ritmo de los rápidos cambios que se están sucediendo en un panorama económico alterado en sus fundamentos por la pandemia.
A medida que las presiones a favor de la sostenibilidad y la transparencia se hacen más fuertes, necesitamos un replanteamiento profundo y estratégico de cómo enfocamos, valoramos, construimos y optimizamos las cadenas de valor completas. A continuación presentamos cuatro factores clave que han surgido o se han acelerado en el transcurso de los últimos 18 meses y que afectan a su negocio. También compartimos los enfoques que los profesionales de la cadena de suministro están adoptando para prosperar en la nueva realidad.
#1 Repensar la estrategia de la cadena de suministro. ¿Qué estamos optimizando?
Durante demasiados años, las cadenas de suministro se han considerado un coste y un riesgo que se debían gestionar. Se han optimizado en aras de la eficiencia, con la reducción de costes y la disminución de inventarios como base de la estrategia de compras.
Sin embargo, la pandemia nos ha enseñado a la fuerza que sistemas sanitarios enteros, e incluso economías, pueden detenerse debido a disrupciones en la cadena de suministro. Como resultado, la resiliencia de la cadena de suministro ha pasado de ser un tema técnico a convertirse en un diferenciador estratégico que se discute en las salas de juntas corporativas y en las sesiones informativas presidenciales. El presidente de los Estados Unidos Joe Biden presentó una Orden Ejecutiva sobre la Cadena de Suministro de Estados Unidos en las dos primeras semanas después de su toma de posesión, subrayando la necesidad de impulsar la resiliencia, la diversidad y la seguridad nacional.
Está claro que ha llegado el momento de dejar atrás el enfoque táctico del "justo a tiempo" para adoptar una perspectiva preventiva de "por si acaso". Ha llegado el momento de reimaginar la cadena de suministro como una red para crear valor y potenciar la innovación. Esto ayudará a responder más rápidamente a las condiciones de negocio cambiantes y a aprovechar las oportunidades. Para acelerar este cambio, el departamento de compras debe trabajar con los socios de la cadena de valor más estrechamente que nunca en lo que respecta a la sostenibilidad, estableciendo métricas comunes y centrándose en el rendimiento y la mejora de la sostenibilidad.
¿Cómo puede reunir a su equipo y pasar a la acción? Aquí tiene cinco ideas para empezar:
#2 Repensar la participación de la cadena de valor
La pandemia también ha exacerbado profundas desigualdades sociales y raciales, provocando nuevas conversaciones sobre cómo podemos construir un futuro más equitativo. Los acontecimientos de 2020 han elevado la importancia del apartado "social" de los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) en las empresas y en sus partes interesadas. Cuando las fábricas aumentaron la producción a pesar de la escasez de personal y de los cierres impuestos por los gobiernos, las cadenas de suministro se vieron expuestas a riesgos aún mayores relacionados con los derechos de los trabajadores, el trabajo infantil y la esclavitud moderna.
El crecimiento de las desigualdades no sólo se observa entre los individuos y las comunidades, sino también entre las empresas. Mientras a algunas les va bien a pesar de las dificultades, otras han sufrido enormemente y puede que nunca se recuperen. Debemos replantearnos cómo crecer de forma inclusiva a través de la solidaridad en los ecosistemas empresariales.
Afortunadamente, ya estamos viendo signos de mayor solidaridad en los ecosistemas. Algunos de nuestros clientes han ofrecido financiación y pagos inmediatos a proveedores con problemas de liquidez. Otras empresas han compartido trabajadores o han rediseñado sus líneas de producción para hacer frente a la escasez de equipos sanitarios.
En el futuro, las prácticas de compras responsables serán clave para la resiliencia de nuestros ecosistemas. Además, si promovemos la diversidad entre los proveedores y en la mano de obra de nuestros socios comerciales, ayudamos a fortalecer nuestras comunidades.
#3 Repensar la financiación: de la limitación a la oportunidad
Durante años, las limitaciones financieras han sido más un impedimento que un facilitador para los los proyectos y las acciones sostenibles. Los defensores de la sostenibilidad a menudo han visto retrasados sus proyectos, por ejemplo, porque el director financiero desconfiaba de un "plazo demasiado largo para obtener el ROI".
Sin embargo, la pandemia ha cambiado esta mentalidad, impulsando un giro "de la restricción a la oportunidad" que está haciendo que la situación se transforme rápidamente. De hecho, los expertos señalan que la sostenibilidad es la mayor oportunidad económica de nuestro tiempo.
En los mercados públicos, las finanzas sostenibles parecen ser la prioridad número uno para la banca y los directores financieros. En los últimos 18 meses, los fondos de inversión y los fondos cotizados (ETF) canalizaron 288.000 millones de dólares en activos sostenibles, lo que supone un aumento del 96% respecto a 2019. Casi todos los comunicados de resultados tienen factores ESG en la agenda.
Pero esto es sólo la punta del iceberg, puesto que los fondos ESG sólo se dirigen a las 10.000 primeras empresas cotizadas. Existe la enorme oportunidad de ofrecer incentivos financieros a los cinco millones de organizaciones que se calcula que forman parte de las cadenas de suministro mundiales, muchas de las cuales no cotizan en bolsa y/o son pequeñas y medianas empresas. Según un reciente estudio de McKinsey, de los 17 billones de dólares que suponen las cadenas de suministro en el comercio mundial, ya hay 7 billones de dólares destinados a soluciones de financiación de la cadena de suministro. ¿Imagina poder aplicar un elemento de sostenibilidad a esta oportunidad? Instituciones financieras como JP Morgan o ING, así como FinTechs como Taulia, ya están trabajando con grandes compradores y clientes para integrar las calificaciones de sostenibilidad en sus ofertas de préstamos y financiación, especialmente para empresas no cotizadas y pymes.
¿Cómo va a transformar su parte integrante de estos 17 billones de dólares para poder utilizar las finanzas como un incentivo positivo en el crecimiento sostenible de su base de suministro? Los programas más eficientes alinean las herramientas y mediciones de los factores ESG con las iniciativas de compras sostenibles. De este modo se pueden crear incentivos, como tasas de financiación reducidas, para los proveedores que tengan un buen rendimiento en materia de sostenibilidad. Esta receta le permitirá movilizar a sus compañeros de los departamentos de compras y finanzas, junto con el equipo de marketing e imagen corporativa, para lanzar o reconstruir su programa de compras sostenibles para conseguir un mayor impacto.
#4 Repensar la supervisión: de lo analógico y presencial a lo digital y remoto
La realidad COVID también ha acelerado el paso "de lo analógico y presencial a lo digital y remoto". Todos hemos visto y hemos sido partícipes de ello, con la suspensión de los vuelos internacionales y el cambio del trabajo presencial al teletrabajo de la noche a la mañana. En lo que respecta a las compras responsables, la anulación generalizada de las auditorías ha empujado a las empresas a expandir su perspectiva y explorar las opciones digitales que, entre otras muchas ventajas, son escalables y pueden impulsar la transparencia de forma exponencial.
En una encuesta realizada por McKinsey en mayo de 2020, el 79% de los participantes afirmó estar planeando inversiones en cadenas de suministro digitales. El impulso para acelerar la transformación digital también se señaló como un factor clave que puede garantizar la resiliencia en el documento de KPMG Building Supply Chain Resilience Through Digital Transformation. El estudio determinó que este enfoque no sólo prepararía la cadena de suministro para el futuro, sino que también aportaría "una nueva agilidad".
Así que este es nuestro mandato para repensar: la velocidad y la escala digitales pueden impulsar la transparencia de forma exponencial, las innovaciones emergentes permiten enriquecer la calidad de los datos y tienen las características para alcanzar la "escala global", transmitiendo alertas e inteligencia con la rapidez del mundo digital.
Lea la guía de 5 pasos para lanzar o acelerar su programa
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