Del cumplimiento a la resiliencia: qué implica el voto de Ómnibus para líderes de compras y cadena de suministro
Por qué las empresas deben actuar ahora por iniciativa propia, y cómo convertir los retrocesos políticos en una ventaja estratégica.
El reciente voto del Parlamento Europeo sobre el paquete Ómnibus ofrece una actualización clave sobre el desarrollo de la Directiva de diligencia debida en sostenibilidad (CSDDD, por sus siglas en inglés). Dicho voto refleja la posición negociadora del Parlamento de cara al próximo trílogo, e incorpora cambios que reducen significativamente el alcance inicial de la Directiva.
La dinámica política tras la votación, lograda a través de una alianza que dejó fuera gran parte del centro político, muestra una tendencia creciente hacia una mayor cautela respecto a nuevas cargas regulatorias. Para muchos actores clave, el resultado no solo supone un retroceso en ambición, sino también una señal de la volatilidad creciente en la agenda de sostenibilidad de la Unión Europea.
Para los equipos de compras, la primera reacción puede ser de alivio en términos de cumplimiento: menos obligaciones formales, y menor carga documental. Sin embargo, los riesgos en la cadena de suministro no disminuyen con los cambios políticos. Las vulneraciones de derechos humanos, el deterioro ambiental y las disrupciones operativas siguen siendo riesgos reales, y las expectativas de inversores, clientes y sociedad civil continúan aumentando, independientemente de los umbrales legislativos. La reducción del alcance de la CSDDD puede disminuir la carga administrativa, pero no la necesidad de una diligencia debida robusta y basada en evidencias. La función estratégica de compras hoy en día implica mirar más allá de los requisitos mínimos e invertir en resiliencia, transparencia y relaciones a largo plazo con proveedores.
¿Qué ha decidido el Parlamento Europeo?
Los cambios en el alcance –que incluyen elevar los umbrales de aplicación a 5.000 personas empleadas y 1.500 millones de euros en ingresos–, señalan un giro estratégico que aleja la propuesta de una diligencia debida de amplio alcance en las cadenas de suministro europeas. Además, la eliminación de los planes obligatorios de transición climática y el avance hacia un enfoque menos armonizado de la responsabilidad a nivel europeo reducen la ambición inicial de la propuesta.
Aun así, hay evidencia basada en leyes nacionales que demuestra que la diligencia debida obligatoria en cuestión de derechos humanos está generando mejoras reales. Evaluaciones tempranas de la Ley de la cadena de suministro de Alemania (Supply Chain Act) muestran efectos positivos en los países productores, impulsados por mecanismos de reclamación más sólidos, expectativas más claras para proveedores y procesos de evaluación de riesgos más consistentes. Estos avances demuestran que la diligencia debida estructurada puede mejorar los estándares y generar beneficios en toda la cadena de valor, incluso en un contexto normativo incierto.
Del cumplimiento a la estrategia: la diligencia debida proactiva
Las empresas que ya han estructurado sistemas de diligencia debida alineados con la CSDDD en sus cadenas de suministros no deberían cambiar de estrategia.
Los motivos empresariales para continuar madurando estos procesos siguen siendo sólidos, aunque el marco regulatorio esté en negociación. Las organizaciones que decidan continuar implementando diligencia debida basada en riesgos y evidencias obtendrán claros beneficios:
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Diferenciación competitiva: adquirida a través de cadenas de suministro transparentes y trazables que satisfacen clientes y consumidores B2B globalmente.
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Credibilidad ante actores clave: inversores, clientes y sociedad civil mantienen expectativas crecientes sobre la conducta empresarial responsable.
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Anticipación a la regulación: una posición ventajosa para la compañía si, tras el trílogo o en futuros ciclos políticos, aumenta la ambición legislativa.
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Relaciones sólidas con proveedores: gracias a expectativas claras, compromiso continuo y programas de capacitación.
En resumen, actuar de forma proactiva hoy puede prevenir medidas correctivas más costosas en el futuro. Las compras responsables son cada vez más una capacidad estratégica, y no una simple obligación de cumplimiento.
Conclusión: mantener el rumbo, pese a la incertidumbre
El voto del Parlamento ofrece una visión clara sobre la posición de un partido en las negociaciones en torno a la CSDDD. El texto final se definirá en el trílogo entre la Comisión y el Consejo.
Para las personas responsables de compras, sin embargo, las expectativas permanecen: la responsabilidad no desaparece con los cambios en los umbrales de cumplimiento, y la transparencia continúa marcando las exigencias del mercado y los actores clave.
Las empresas que definan su propio nivel de ambición, en lugar de esperar a que lo haga la normativa, estarán mejor posicionadas para afrontar la volatilidad, construir cadenas de suministro resilientes, y liderar en el ámbito de las compras sostenibles.
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